Plan estratégico para volver a crecer

Cómo será nuestro sector y nuestro negocio en el nuevo ciclo expansivo

Debemos explorar cómo será nuestro sector tras la recesión, sembrar las semillas del éxito futuro en nuestra empresa. Cuidar lo que funciona, eliminar lo obsoleto y crear las nuevas competencias para poder aplicar los cambios. Debemos hacer un nuevo plan estratégico.

Qué es un Plan Estratégico

Es un documento que recoge qué queremos ser y a quién vender en los próximos años. Para que sea efectivo, se deben trazar los objetivos del plan estratégico con claridad, por ello es útil focalizarlo en tres ejes:

-Definir los Productos / Servicios a ofertar

-Definir quién es el Cliente/s al/a los que nos dirigimos con cada producto/servicio: Públicos Objetivos 

-Identificar las Competencias Clave necesarias: Identificar qué procesos de la empresa se van a conservar, qué otros se van a eliminar y cuáles necesitan de un cambio para vender con éxito los productos seleccionados a los mercados / clientes seleccionados.

Cómo se hace un Plan Estratégico

Un Plan Estratégico lo trabaja un grupo estable de 3 a 7 personas con sesiones de trabajo semanales, en este grupo  puntualmente participan también otros: empleados, los clientes y los proveedores, mediante dinámicas de grupo, entrevistas en profundidad o encuestas. De esta forma, se tiene una visión global de la empresa. Acostumbra a participar también un consultor externo que hace de guía / dinamizador del proceso que aporta metodología, perspectiva e independencia. Tiene una duración de 1 a 5 meses, desde que se inicia hasta que se puede proceder con la implantación.

 El proceso de planificación del Plan Estratégico

Para empezar con el proceso, primero hay que saber dónde está la empresa actualmente, cuál es la visión que tiene el cliente, el proveedor. Cómo está el sector, la competencia y la evolución económica. Estas visiones llevarán a la empresa a tener discusiones más productivas y decisiones informadas basadas en datos objetivos.

De todos los grupos que pueden aportar crítica constructiva, el más importante al que hay que escuchar es el grupo de clientes. Solicitar sus aportaciones sinceras acerca de su satisfacción y planes de futuro a través de encuestas confidenciales o entrevistas, proporcionará datos para evaluar las oportunidades y amenazas reales.

No es bueno tratar de poner un plazo corto para el plan, como por ejemplo una reunión de un día o de dos. Para implantar el plan, se necesitan entre 4 y 10 sesiones en un proceso que suele durar entre 1 y 5 meses 

Qué debemos obtener de un Plan Estratégico

Para que el proceso sea efectivo es importante saber qué queremos obtener:

  1. Establecer las prioridades de forma clara, todos los integrantes de la empresa deberán ser capaces de entender y poner en su lista de prioridades cuál va a ser la posición de mercado que se quiere alcanzar y las iniciativas que quiere la empresa en esa posición. Si todos los empleados, socios, clientes tienen la misma orientación, la empresa se moverá en grupo, lo que ayuda a avanzar más rápido y mejor hacia el estado en el que quiere estar.
  2. El plan deberá ser medible y claro para poder ver si las iniciativas han tenido éxito o no, y si los cambios que se pretendían se han conseguido. Establecer objetivos a corto plazo y sencillos, pero efectivos, para que la motivación se extienda a todos los empleados, para demostrar compromiso y éxito y para recordar los objetivos a largo plazo que se ha marcado la empresa. Para que estos últimos se puedan controlar y corregir, es recomendable hacer seguimientos e informes de los progresos de forma regular.
  3. El proceso deberá ser aprobado por un consenso real de todos los socios y directivos de la empresa, ya que si hay alguno que no aprueba el plan estratégico, éste va a ir en otra dirección y eso no beneficia a la empresa.
  4. No es fácil aplicar un plan estratégico, decir qué sí y qué no vamos a hacer, se tratarán cuestiones difíciles de la empresa, como por ejemplo, plantear qué empleados están haciendo un trabajo productivo realmente, o qué clientes son rentables en el modelo de negocio, o cuáles son las actividades adecuadas para el futuro. Hacer caso omiso puede ser deshonesto para la empresa y traer consecuencias negativas. Una forma práctica y útil para aflorar estas cuestiones críticas puede ser manteniendo el anonimato a través de encuestas.
  5. El plan no es una fachada, es una acción más interna que externa, por eso no  hay que quedarse en los eslóganes o en las frases morales de apoyo, sino que con un lenguaje llano y sencillo se puede llegar mucho mejor a los empleados y capturar su complicidad.
  6. Engañarse con objetivos   demasiado ambiciosos puede ser peligroso porque en caso de no llegar a ellos, la desmotivación y la incredulidad en el plan van a afectar muy negativamente a nivel interno. Por ello hay que marcarse objetivos ambiciosos pero que sean alcanzables y realistas.
  7. Para que el mensaje del plan llegue a todos, hay que dejar de lado los textos largos y densos, comunicar el plan de forma clara y concisa es la mejor manera de que el mensaje sea entendido por todos, las listas largas de objetivos no son efectivas. El plan debe establecer una dirección en conjunto clara y un número limitado de iniciativas con alta prioridad.

Las medidas a tomar después del plan

Hay que controlar las acciones que se realizan al finalizar el plan, la toma de decisiones debe realizarse a todos los niveles en  función de una declaración de objetivos clara y de establecer, incluso, la asignación de un presupuesto para su ejecución.

Pasar a la acción de forma rigurosa e imperativa, dando la responsabilidad de supervisión de la ejecución del plan a un sénior, con los presupuestos y plazos preparado de forma separada y con una agenda donde se vaya marcando el timing, haciendo un posterior seguimiento de forma permanente y que vuelva a evaluar el plan cada año o cada dos, para ver cuáles son los resultados obtenidos y proponer mejoras. Es un documento vivo.

 Las épocas de recesión son el mejor momento para emprender, arriesgar y apalancar decisiones que nos permitan posicionarnos  con éxito en la próxima década. Para ello el plan estratégico es una buena ayuda.